Ciertas personas viven peleadas con alguien, peleadas con ellas mismas, peleadas con la vida. Así, empiezan a montar una especie de pieza teatral en su cabeza, y escriben el guión según sus frustraciones. (Viene de la República Dominicana.
Mi abuelo dejó su testamento. Una lista de todo lo que heredé: Pasión por los zapatos. Mirada de reojo. Cara de niña con las gafas en medio de la nariz. Delirio por el chocolate. Locura por probar vestidos. Tacones y más tacones. Olor a jazmin. Los geranios del patio. Y lo más importante... la familia del compadre. I. y yo jugabamos en el verano, cuando mis padres confiaban a su pequeña a un 747 de Viasa. I. era alta, delgada, tranquila, tímida. Yo era inquieta, traviesa, extrovertida y según algo que escuche hace poco vanguardista en lo que a modelos traidos de América se refiere. Llegaba a principios de julio, con mi troupe de Barbies. Rubias, morenas, pelirrojas y hasta una adolescente a la que le creian las tetas accionando un mecanismo en el brazo. Volvía en Septiembre con una troupe de nancys a las que llamaba "las gallegas". I. y yo crecimos lejos.. pero siempre estuvimos tan cerca... Nos unió mi retorno y la enfermedad de su madre. Nos unió la escuela de idiomas y los niños. Ahora nos une la libertad y las ganas de ser otras, unas que ni siquera nosotras sabiamos que existían pero que al parecer crecian paralelas a nosotras sin que nos diesemos cuenta. Y ahora un viaje, un capricho, una playa y tres días para recuperar años. I. sigue siendo delagada, alta, pero ya no es tímida. Yo sigo siendo la misma Vevita que danzaba por la casa, con la troupe de Barbies y los zapatos de mamá. Inquieta, extrovertida y traviesa. I. y yo que buena herencia. Un viajecito a la salud de los compadres.
Ellos ya no están entre nosotros y El tampoco. Pero son inevitables para mi. Ellos con su voz y sus ojos, Él con todo lo que me dio. Estos días que han sido tan duros, no he podido evitar mirar por la ventana, clavar mis ojos en el cielo y pedirle que no me abandonara. Y no lo hizo, el cumple su promesa de eterna compañía y yo la mia de no abandonarme. Vivieron a su manera... amaron a su manera y se despidieron a su manera. No se puede ser mas auténtico ni más libre. Es inevitable no recordarlo en estos días y más aun un día señalado. También recuerdo a los hombres y amigos, padres luchadores y responsables que velan a diario por sus princesas. Va por ellos y por Él.
Ese día mis pies se hicieron mas fuerte. Ese día mi mirada mas intensa y mi cabeza alta. No tengo nada que temer... sola, pero arropada por mi lealtad, por mi honestidad. Me valgo por mi misma, no necesito La Corte de los Milagros para sentirme segura. Puedo comer sola, sin necesitar compañía y recrearme en los sabores y olores. Duermo sola, en el medio de mi cama, rodeada de almohadones que amortiguan mis sueños. Hago mis viajes sola, con mi música y mis ilusiones. Y hasta el amor... tengo mis relatos bien escondidos, a salvo. Sola, hoy sola, pero fuerte. No necesito cortejo, no necesito aduladores... los que están conmigo son invisibles, pero me protegen a diario. Mi risa no es sonora, porque va por dentro, esperando el momento justo de salir a borbotones. Sóla, aprendiendo a estar sóla... es lo mejor que me ha podido pasar. Pruebas superadas, nadie me acorrala ni me vence... ni siquiera las que ahora caen en gracia pero que algún día fueron desgraciadas.
La guerra está servida... locos sueltos y peligrosos
Seguramente en Caracas dejaron alguna puerta de manicomio abierta y por ella se coló el Mico-mandante Chávez. Con unos ingresos petroleros que yo he visualizado siempre como un chorro abierto de crudo, transformado en $$$$, a este personaje no le preocupa nada más. Me imagino las fronteras con Colombia... ah si el Santo Padre asomara la cabeza por allí, seguro que vería el infierno terrenal. Son como una novela del Gabo, pero sin frases bonitas. Poblados muy pobres con viejos abandonados y niños descalzos, con las barrigas hichandas por los parásitos. Del otro lado de la ciénaga jovenes reclutados pro las guerrillas, por los militares y los narcos (que mas da, la misión es la misma, total no hay nada que perder...) Ya allí en medio de la selva los locos jugando al poder... como en la película de Chaplin donde el gran dictador pasaba las horas muertas pateando la bola del mundo como si de un balón de futbol se tratase. Que pena verdad? Que pena de Ingrid, victima perfecta, mueriendo de hepatitis, mientras los demas se ponen las medallas. Que pena de frontera, que pena de selva, de campesinos asesinados a diario, los que nadie conoce, los que a nadie le importa. Y mientras tanto todos los demás mirando su ombligo, sus coches oficiales y su imagen en TV. Ingrid abandonada a su suerte, los niños de Macondo mal viviendo y preparados para morir de hambre o en el mejor de los casos abatidos como soldados. Que pena de Latinoamerica, que ahora más que nunca tiene las venas abiertas y la sangre saliendo a borbotones.
Soy la que empiezo a ser. Voy en busca de la mujer que soy, no la que fui ni la que otros ven.Tengo dos hijos maravillosos y una vida por reconstruir: ahora mismo fragmentada, pero voy a seguir taconeando con Los Manolos puestos y creyendo en el amor. Tengo muchas razones para ser feliz y mucha gente que todos los días apuesta por mi. Alguien me quiere desde el silencio (así dice el tarot)