Relatos II (historia para soñar)

Desde la distancia Él relataba. Cuidadoso con el verbo, con las palabras, contaba deliciosamente una historia dulce, natural, hermosa.
Ella del otro lado de la ciudad, lo leia detenidamente... Cada palabra escrita, era rematada por un suspiro, por una caricia.
Descubrió que su cuerpo comenzaba a estremecerse, la historia, que él cuidadosamente narraba, la absorvió como un papel secante...
Su piel ya estaba caliente y cada oración en contacto con ella hacía los efectos un buñuelo al entrar en contacto con el aceite hiviendo.
Comenzó la transformación, su cabeza se giró buscando un escenario cercano, y a su mente las imágenes llegaban y como por arte de magia, como si de un objetivo se tratase, sus ojos las recordaban nítidas, en colores.
Siguió con la lectura, busco su piel, encontró el placer y no lo abandonó. El continuaba, del otro lado, sin percatarse de lo que había logrado.
Ella sin testigos, como una niña traviesa se entretenía entre su cuerpo y la historia.
Llegado el momento, le confesó su secreto, le dio cuenta del milagro...
Y entonces nuevamente, los dos, sólo los dos, guardaron sus relatos bajo llave y bajo confesión. Sólo ellos saben lo que hay detrás de los mismos.