Una nota de melancolía

Hay tantas cosas que extraño. Tanta gente a la que abrazaría en este momento... Extraño mi apartamento en Colinas con sus vistas al Ávila. El jugo de lechosa de la mañana. Extraño a mis amigas de la infancia, el P.H. de las Contreras-Balestrini. El escarabajo amarillo de Silvia "Magra". Las caipiriñas con Belkis Suarez después de jugar Brasil.
El olor de la selva... las palmeras de la playa. Las tiendas de las Mercedes y la cocada de Los Corales.
Los sábados en el Club Campestre Los Cortijos y los toros coleados. Las arepas en el trollie y los pozos de la Sabana.
Las Semanas Santas en Choroní y la noche de San Juan en Cuyagua.
El surf con Delmont y mis escapadas a Mochima.
El cine en el Ateneo y las conferencias en el Celarg. La Hacienda Santa Teresa y el árbol de navidad de La Polar. La cruz del Ávila. Los sonidos de la casa de los Guzman-Barbieri. La poesia de Boriz Muñoz y las cervezas con María Eugenia. Los viajes a Mérida y la Gran Sabana.
Las arepitas después del baile de Billos y los sábados en L' Club. Los trajes de baño brasileños y los collares de pukas. El Carlton, el Savoy. Los helados de Castellino y el lomito del Portón. Las tardes en Sábana Grande y el Ford de mi papá.
El Uno de Juan Carlos y el machito de David. El toyota de Yuri y los días en su casa. Los cafés con Silvina... inolvidables...