Táctica y Estrategia

7.07.2007

Relatos IV


Ella lo esperaba como una niña impaciente por abrir sus regalos en un día de Reyes. Él, deshizo el lazo y descubrió su cuerpo, aun mojado. En este espacio se podían abrazar sin prisas, sin testigos. Sólo los dos y unas cuantas horas.
Fue uno de esas tardes en que la vida te regala momentos para los milagros, para estar en el cielo, donde la cotidianidad no cabe ni tampoco las tristezas.
Ella le mostró su intimidad, aquellas cosas que la consuelan, el lugar exacto donde sueña...
El tuvo el privilegio de ocupar un sitio que ninguno había ocupado antes.
Aún mantienen su secreto a salvo, en la cajita de la cual sólo los dos tienen la llave...
Relatos IV... solo para los dos. Es nuestro, no lo olvides

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