Táctica y Estrategia

9.30.2007

Se llamaba Ceciia

En la casa de la abuela cada uno tenía su tarea asignada. Mi abuela era una mujer valiente, decidida, trabajadora. Había parido (en esa época se paria literalmente) seis hijos: dos varones y cuatro niñas. Me contaba mi papá que siempre había ambiente en la casa: en las comidas, en los santos, 8 sentados en la mesa que presidía Don. Fernando.
Cecilia era la mayor: morena, guapa, racial. Con unos trajes hermosos, hechos por ella y sus hermanas, no le faltaban complementos: sus grandes ojos, negros profundos, una boca dibujada, sus zapatos de tacón y su carmín en los labios.
De pequeña, cuando mis padres me enviaban a España, me quedaba en su casa, todo eran mimos para la pequeña de Antonio, su querido Antonio.
El gran encuentro fue el la visita que hice después de morir papá. Entré en la casa, ya mujer, y cuando me vio solo pudo llorar, abrazarme y decirme: eres lo mas importante que ha quedado de mi hermano, que guapa eres, tienes sus ojos y sus manos. Yo le entregue una foto de Antonio con 19 años, que enseguida ocupo su sitio y lo sigue haciendo.
Este verano fue la despedida: sabiamos las dos que no había otra oportunidad, me lo confesó y también otras cosas que guardo para mi de su vida...
Me invitó a hacer una travesura con la cómida, sabía que era su complice... Lleve a mis hijos y me decía: eres la mas valiente de esta familia, has hecho algo que yo no pude. Estas sola, lo se es duro, pero te pareces a la abuela, no hay quien pueda contigo: eres toda una Astorga, Vevitina, la más Astorga de todas. Ya no había tiempo para mas nada y desde la puerta de la habitación me tiro un beso con la mano, haciendo un gesto de aprobación como diciendo sabes que me tengo que ir.
Hoy ya no está, ha sido un año terrible para los mios. Quiero que pase todo, no quiero despedirme de nadie más, no tengo fuerzas.
Miro a mis hijos y me siento culpable por estar en una ciudad solos, sin el cariño de su familia. La familia de aqui no los quiere, ni siquieran estarán cerca cuando alguien de nosotros decida irse.
La gente que me quiere está lejos, repartidos por el mundo. En la casa de la abuela hace mas de 50 años Genoveva fue la primera en partir, luego ya fue inevitable, uno tra otro y así varias generacíones. Supongo que será el destino, que hay algo que nos mueve irremediablemete.
Lo peor de la distancia es los duelos en solitario, no poder abrazarlos, tomar un café, tener un consuelo.
Se llamaba Cecilia, tenía 85 años y ayer decidió calladita irse con los suyos.

2 Comments:

  • Pero quedará presente, siempre.
    Un fuerte abrazo

    By Blogger giovanni, at 4:34 PM  

  • Tu sabes que el cuerpo queda inerte, pero el alma es la que vuela y nos vigila desde arriba, y nos cuida, y nos habla. Alla donde se encuentre, entre nosotros esta. Un Beso ceciia.

    By Anonymous Anônimo, at 3:50 PM  

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